Faros

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Faros de España: soledad, luz, naufragio y esa noche tormentosa de la mar oscura del alma

El barco perdido en mitad de la tormenta, el peligro inminente de naufragio, casi todo anuncia el desastre, pero una luz de esperanza destella en el horizonte, allá en tierra firme. Y la soledad del farero. Tales pueden ser los ingredientes básicos de una historia novelada, de una obra de teatro, de una peli o de una escultura.

Los faros ejercen un influjo inmediato en nuestra imaginación. Son luz en la oscuridad tenebrosa: una ventana a la salvación, una posibilidad de que la tragedia inmediata no sea más que una pesadilla de ficción inventada por nuestra mente.

En España hay más de 180 faros, una cuarentena todavía habitados por la presencia mítica del farero o torrero, que así también se le llama. Hoy el viejo oficio recibe el pomposo y frío nombre de Técnico de Señales Marítimas, profesión a la cual se accede mediante oposición.

Quedan más o menos 30 fareros activos en nuestro país. Es un oficio en claro y evidente peligro de extinción. Muchos de los torreros aún en servicio se encargan de varios faros a la vez.

El mantenimiento de todos los faros españoles le cuesta al erario público unos 10 millones de euros al año.

Su adversario más poderoso es la tecnología GPS. Los faros ya no son lo que fueron. Dentro de nada serán reliquias de un pasado que ya no volverá jamás.

Al parecer, su futuro pasa por reconvertirlos en hoteles, cafeterías, restaurantes, museos y centros de arte, salas de exposición o laboratorios de investigación. Existen ya algunas iniciativas al respecto en todo el mundo.

El faro más antiguo del mundo

Es la Torre de Hércules en A Coruña. Se levantó en tiempos del emperador romano Trajano. Más de 2.000 años lleva dialogando con las zozobras de los marineros y la mar embravecida. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009. Tiene un parque escultórico al aire libre donde se exhiben 15 obras y alberga en su interior un museo en el que se conserva una linterna original en piedra de tiempos remotos.

El faro más alto de España

Es el Faro de Chipiona, en la provincia de Cádiz. Alcanza los 69 metros de alto y para subir a su cima es necesario salvar más de 320 escalones. Emite destellos cada 10 segundos y su luz llega hasta más allá de las 25 millas náuticas.

El faro más alto del mundo

Está en Arabia Saudí, mar Rojo. Es el Faro de Yeda, de 133 metros de altura. Destellos cada 20 segundos que pueden ser vistos a 46 km de distancia.

El faro más alto de Europa

En la Isla Vierge (Virgen), Francia. Altura de 82 metros y medio, Se inauguró en 1952. Es visible a 50 km mar adentro, lanzando destellos cada 5 segundos. Tiene la torre de piedra (granito) más elevada del mundo. Ahora mismo todo su proceso está automatizado. Sin personal. Abierto al público.

El faro más bonito

Dicen que es el Faro lucense de Ribadeo. Pequeña y estética torre con franjas negras y blancas. Se usa como alojamiento turístico.

El faro más espectacular

Faro de Kullens en Kullaberg: el más alto de Suecia. Más de 80 metros de imponente presencia. En servicio desde 1858. Forma parte de una reserva natural protegida. Extraordinarias rutas de senderismo a su alrededor. Funciona por control remoto aunque todavía trabaja en el mismo un farero.

El faro más importante de la Historia

Sin duda alguna, el Faro de Alejandría, en Egipto. Un terremoto en 1323 lo convirtió en ruinas que yacen bajo mar. Una de las maravillas del mundo de la Antigüedad. A ciencia cierta se desconoce su altura, pero se estima en un abanico que va de los 100 a los 160 metros.

Faros y literatura

De Julio Verne es la obra El faro del fin del mundo, 30 relatos breves basados en hechos reales.

Edgar Allan Poe escibió El faro, la última de sus obras. El título no se lo puso el autor. Solo se conservan dos páginas en forma de diario: 1, 2, 3 de enero... y 4 de enero en blanco. La trama está ambientada en Escandinavia. ¿Era un mero cuento o el proyecto de una narración larga? Habla de la pasión de la soledad, de la paranoia... ¿La página en blanco del 4 de enero puede significar la propia muerte del escritor?

Faros y cine

Inspirada en la obra de Poe antes citada se llevó a la pantalla en 2019 la película El faro, dirigida por Robert Eggers. Se rodó en blanco y negro. Género: terror psicológico. Willem Dafoe es su protagonista principal. Una feroz tormenta y el aislamiento posterior: de eso trata la historia.

Tres citas sobre faros para reflexionar a solas

Empezamos por una anónima. Dice así: “No olvides que tal vez eres el faro de la tormenta de alguien.” Todos somos únicos e imprescindibles, aunque no seamos conscientes de ello. Cualquier conducta tiene consecuencias: no hay libertad inocente.

Benjamín Franklin, pensador estadounidense del siglo XVII e inventor del pararrayos, sentenció: “Los faros son más útiles que las iglesias.” Su espíritu práctico no deja resquicio a la duda. ¿O sí?

Y, como colofón, Bernard Shaw, dramaturgo irlandés del siglo XIX. Frase contundente de loa entregada a los faros del mundo: “No puedo pensar en ningún edifico construido por el ser humano que sea tan altruista como un faro. Fueron edificados solo para servir.” Faros que nada piden a cambio: se dan con todo, todo lo dan porque sí. Por el prójimo. Por gentes sin nombre. Altruismo puro, en verdad.

Faros y poesía

Muchos fareros, torreros o técnicos en señales marítimas calman su soledad escibiendo versos para sobrellevar la espera existencial del tiempo dilatado hasta casi el infinito.

Hemos elegido dos estrofas, la primera y la de cierre, del poema Soliloquio del farero del poeta sevillano del siglo XX, Luis Cernuda.

Cómo llenarte, soledad

sino contigo misma.

(…/...)

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y el deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.

Soledad pletórica la de Cernuda.

Entra en el mundo mágico de los faros de España. Cada uno es un universo en sí mismo. Sus silencios vienen de lo más hondo y misterioso del ser humano.

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